Humanidades, área que da a la universidad su razón de ser: académico

Lun, 27 Ago 2018
El Dr. Fernando Escalante, del Colegio de México, ofrece una conferencia sobre la importancia de las humanidades en la universidad del siglo XXI
Afirma que la tarea de las humanidades es recuperar las posibilidades de la experiencia humana
  • Dr. Fernando Escalante, académico del Colegio de México (Valentina González/IBERO).
  • Dr. Javier Cuesta, director de la División de Humanidades de la IBERO (Valentina González/IBERO).
  • Mtra. Patricia Gutiérrez Franklin, coordinadora del 75 Aniversario de la IBERO y de Relaciones Estratégicas con Egresados (Valentina González/IBERO).
  • Ofreció la conferencia sobre 'El futuro de la educación', en el marco de las celebraciones por los 75 años de la IBERO (Valentina González/IBERO).
  • De izquierda a derecha: Dr. Fernando Escalante, académico del Colmex; Dra. Julia Palacios, del Departamento de Comunicación; Patricia Gutiérrez Franklin, coordinadora del 75 Aniversario de la IBERO y de Relaciones Estratégicas con Egresados; y el Dr. Javier Cuesta, director de la División de Humanidades y Comunicación (Valentina González/IBERO).

Sin las humanidades, un centro de estudios no es una universidad, sino una escuela de artes y oficios. Las humanidades ofrecen la posibilidad de explorar, de comprender y descubrir otros mundos de sensibilidad en uno mismo, expresó el Dr. Fernando Escalante, académico del Colegio de México (Colmex).

“El estudio de las humanidades en la universidad ofrece la posibilidad de aproximarse a la complejidad y a la profundidad de la experiencia humana y descubrirla en uno mismo, en donde lo que importa no es lo que dijo Sor Juana, por ejemplo, sino lo que sientes al leerla”, agregó Escalante durante la conferencia magistral 'El futuro de la educación', en el marco de las celebraciones por los 75 años de la IBERO.

A decir del investigador del Colmex, la tarea de las humanidades es recuperar profundidad y abrir el horizonte, pues en el último medio siglo se ha experimentado un progresivo estrechamiento de la vida humana y de las posibilidades de la experiencia humana. Y un progresivo estrechamiento de la sensibilidad humana, una extraordinaria ampliación de las posibilidades tecnológicas para una humanidad disminuida y sin horizontes. “Y se ha organizado la educación para que nadie aspire a otra cosa más que a esa ambición mediocre que se cifra en la expresión 'capital humano'”, dijo.  

En ese sentido, explicó que lo mejor que puede hacer el estudio de las humanidades es contribuir al desarrollo de la capacidad de razonamiento moral, pues de eso se trata, no de aprender los valores, sino de ser capaz de razonar en una situación, en una disyuntiva moral. Significa no inculcar valores sino fortalecer la autonomía porque no hay ninguna decisión moral relevante que sea inmediatamente obvia y transparente.

“El estudio de las humanidades no es el aprendizaje de la ética o su sustituto. Estudiar humanidades nos hace mejores. Es verdad que pueden hacer a alguien más tolerante o empático, pero en realidad son las estructuras del mundo, de la vida, las que pueden tener ese impacto y no el aprendizaje de las humanidades”, agregó el autor del libro A la sombra de los libros. Lectura, mercado y vida pública.

Escalante criticó que la presencia de las humanidades en la universidad se reduzca a eso: a la formación de profesionales en disciplinas humanísticas. Y señaló que, organizadas como disciplinas, las humanidades se convierten en otros tantos oficios; en otras tantas profesiones.

“En la formación del resto de los universitarios, las universidades son insignificantes porque nos la hemos arreglado como si los problemas fundamentales estuviesen resueltos, como si no tuviesen que descubrir nada fundamental con respecto a su condición humana, a sus posibilidades de la experiencia humana, como si ya hubiesen alcanzado los límites posibles de la experiencia o de la sensibilidad humana. Por lo tanto, como si las humanidades no tuviesen ningún interés”, agregó.

Añadió que las humanidades no se aprenden como se puede aprender el teorema de Pitágoras. “La formación en humanidades es una experiencia y no una forma de conocimiento”.  

“Trabajar para ganar dinero es la manera habitual para emplear la vida, pero no quiere decir que sea lo más interesante que se pueda hacer en la vida. Preparar a los jóvenes para que en el futuro sean capaces de ganar dinero es una de las tareas de la universidad, pero eso no quiere decir que sea la única, ni desde luego, las más interesante de las tareas a las que pueda dedicarse la universidad. La experiencia universitaria es y podría ser otra cosa mucho más, mucho mejor, mucho más interesante”, explicó.

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