Al nacer, sólo sabemos con seguridad que nos vamos a morir. Pasamos años riéndonos, haciendo mofa y chistes sobre la muerte, pero muy pocas veces tenemos la capacidad de ser previsores para tener una vida con tranquilidad y una muerte que permita un descanso pleno y sin mayores preocupaciones para nuestra familia. Durante años nos enfrentamos a ‘la Catrina’ que acecha la cartera y nuestras decisiones de cómo queremos ser recordados. Podemos ir al más allá con paso ligero o con paso cansino. Pesadumbre o paz heredaremos, decisión que podemos tener en vida.

El dinero afortunada o desafortunadamente es el combustible de nuestro día a día y con ello las decisiones financieras que hacen que nuestra quincena parezca vivir en un eterno día de muertos o tan próspera que puede, varias veces, resucitar de entre los muertos.

Uno de los objetivos de las finanzas personales es alargar lo más posible el dinero y poder heredar beneficios en lugar de problemas; realmente no es tan complicado. El primer paso que puede llevar a nuestro dinero lejos del averno es un presupuesto: determinar con claridad los ingresos que se generan y establecer el nivel de gasto que se realiza permite conocer el ciclo del flujo del dinero en el corto plazo y rescatar algo para el mediano plazo.

Vivir endeudado es tener de mejor amiga a ‘la calaca’, a todos nos gusta gastar y disfrutar, pero que mejor que contar con una planeación y de preferencia con un sentido, podríamos empezar minimizando al máximo ‘el gasto hormiga’, favoreciendo el presente y el futuro de las finanzas personales. Existen estudios que indican que 30% de los ingresos se van a la tumba comprando el cafecito y la dona o el refresco y las papas.

La hoz que muchos cargamos sobre el hombro son las compras impulsivas, aquello que no necesitamos pero que en verdad nos gusta y, peor aún, deseamos sin cesar. Dejarnos enmarañar en ofertas y en la posibilidad de consumir a través de los meses sin intereses nos puede llevar a dar una vuelta al cementerio junto a cobradores que día y noche nos hacen adelgazar y mal dormir. Una vez más la planeación es la salvación.

La mejor forma de estar en paz en presencia de la muerte es el poder adquirir un seguro de gastos médicos mayores. No cabe duda que lo que puede enfermar a una cartera son los gastos que se generan por atravesar problemas de salud, así que, si en el presupuesto se contempla la inversión del mismo favorecerá a una vejez tranquila.

En el camino hacia los años de descanso y con lo cual se puede generar ahorros en beneficio a esa llegada del final del túnel es adquirir una cobertura de gastos médicos menores, el favorecernos de mejores cuotas de médicos, laboratorios y medicamentos hará que nuestros pesos se estiren y nos alcancen para mejores y más cosas.

El poder transitar paso a paso de una manera segura y disfrutar de esos años después de haber trabajado con ánimo y fuerza, es realizar aportaciones constantes a nuestra cuenta de retiro. Esta decisión nos generará beneficios a una tasa de interés mayor; al mismo tiempo manda al diablo a aquellas inversiones que se presentan con ‘altos rendimientos’, pero que se pueden llevar los recursos en un prender y apagar de un cirio. Es mejor que esos falsos promotores de inversiones y banqueros se quemen en el infierno y nuestro dinero goce de la gloria.

Por último, evitarnos los dolores con ‘Lola’ (SAT): es mejor estar al corriente con los impuestos y poder dormir en paz; ya seas persona física o moral, de esa muerte no nos libramos, solamente cumpliendo con los pagos mensuales y anuales, ahuyentaremos al gran demonio gobierno, dejarlo en el letargo dándole lo que le corresponde por la generación de rentas; pagar y el resto a disfrutarlo y ahorrarlo.

El mejor consejo dentro de las finanzas personales es dar tranquilidad a nuestra familia para cuando llegue el último aliento, dejando todo en orden y por escrito en un testamento. A través de nuestras decisiones financieras podremos favorecer a un descanso en paz y no abonar malos momentos a nuestros deudos.

*El Mtro. Abraham Isaac Vergara Contreras es el coordinador de la Licenciatura en Contaduría y Gestión Empresarial de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

ICM