Así se vivió el eclipse de Luna en la IBERO

Mié, 31 Ene 2018
Entre otras personas, un par de niños madrugaron para observarlo en el telescopio universitario
  • Supermoon. Charles Chiofar. Jan 31 9:47 am. Buckley, Washington.
Por: 
Dra. Lorena Arias Montaño, coordinadora del Centro Astronómico Clavius de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

El eclipse solar del pasado 21 de agosto dejó un agradable sabor de boca para todos aquellos que pudieron observarlo. Para muchos, fue su primera experiencia con un juego de sombras entre los dos principales astros de la bóveda celeste: Sol y Luna.

En esta ocasión, la madrugada del 31 de enero, tocó a la Tierra interponerse en el camino de los rayos del Sol que iban directo a nuestro satélite natural y generar así un eclipse total de Luna. Con ánimos de que los entusiastas observadores del cielo pudieran disfrutar el suceso, el Centro Astronómico Clavius de la IBERO abrió sus puertas, y la cubierta de su telescopio de 16”, desde las 5:30 a.m.

El pronóstico no era alentador. Sumado al intenso frío de las primeras horas del día, las nubes eran una amenaza. A pesar de ello, puntuales a la cita, llegaron los primeros asistentes. Cuando el eclipse inició a las 5:48 a.m., la Luna a simple vista apenas era perceptible como un manchón luminoso en el cielo. Hubo que esperar unos minutos para poder distinguir su característica forma redonda ya mordida por el eclipse. 

Las nubes no cedían, volvieron a situarse delante de la Luna y aprovechando una zona despejada del cielo hacia el este, el telescopio se movió para apuntar a Júpiter, el planeta gigante que, sin estar invitado a la fiesta astronómica, hizo el deleite de un par de niños que madrugaron para observar en el telescopio de la IBERO.

Aunque se pudo retomar la visión del eclipse, para las 6:30 a.m. ya no sólo eran las nubes el impedimento, la Luna ya estaba en camino a ocultarse detrás del paisaje de los edificios de Santa Fe. La fase de totalidad, que dio comienzo a las 6:51 a.m. sólo pudo ser apreciada en la pantalla donde se proyectaron imágenes de observatorios en otras latitudes, como California, donde la Luna aún seguía por arriba del horizonte mostrando ese tono rojizo característico de un eclipse.

Al eclipse de esta mañana se agregaron dos peculiaridades: la Luna recién pasaba por el punto más cercano a la Tierra o perigeo y que fue la segunda Luna llena del mes. Lo primero hace que sea llamada 'superluna', lo segundo la convierte en una luna azul; esto último sólo de nombre y no por que sea el color que le vemos. Por esta conjunción de peculiaridades, el fenómeno fue referido como el 'súper eclipse de sangre azul'.  

En julio de 2018 habrá otro eclipse de Luna, pero no será visible en territorio mexicano. Para nuestra próxima oportunidad, tenemos que esperar al 20 de enero del 2019.

Galería de fotos del eclipse de hoy tomadas en diversas ciudades: Space Weather Gallery

 

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